La depresión es frecuente y frecuentemente recurrente, con una prevalencia global del 4,4%, costosa, debilitante y está asociada con un mayor riesgo de suicidio.
Aunque los tratamientos farmacológicos disponibles existentes pueden ser efectivos, su inicio de acción puede demorar hasta 6 semanas, los efectos secundarios son comunes y la recuperación puede requerir tratamiento con múltiples agentes diferentes. Aunque también se pueden recomendar intervenciones psicosociales, se necesitan tratamientos más efectivos que los disponibles actualmente para las personas con depresión moderada o grave.
En los últimos 10 años, los ensayos de tratamiento han desarrollado y probado muchas intervenciones específicas nuevas. Por ejemplo, con inicio de acción más rápido que será clínicamente invaluable en varias situaciones, y podrían tener una tolerabilidad mejorada. Esta nueva evidencia podría traer esperanza para mejores tratamientos.
Los nuevos agentes tienen muchos objetivos neuroquímicos, en consonancia con el conocimiento neurocientífico de la depresión, y este conocimiento se puede utilizar para informar futuros desarrollos en el uso de tratamientos novedosos en la depresión, lo que aborda la necesidad mundial de mejorar el tratamiento de la depresión.
Referencia: The Lancet