La melatonina es una hormona secretada por la glándula pineal que ayuda a sincronizar los ritmos circadianos diarios del cuerpo con el ciclo de luz y oscuridad. Los niveles de melatonina aumentan lentamente unas horas antes de acostarse, preparando el escenario para que el cuerpo cambie de marcha para descansar y otras actividades fisiológicas nocturnas.
Los suplementos de melatonina son «generalmente seguros y bien tolerados, pero no están completamente libres de riesgos». Los efectos adversos pueden incluir dolor de cabeza, fatiga, mareos o somnolencia diurna. Pequeños estudios también han documentado consecuencias potencialmente más graves, incluida la intolerancia a la glucosa y el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca en pacientes que toman melatonina y medicamentos antihipertensivos al mismo tiempo.
En general, las asociaciones médicas recomiendan la terapia cognitiva conductual para el insomnio como terapia de primera línea para adultos y niños con insomnio. Los médicos especialistas en trastorno del sueño generalmente brindan esta breve terapia conductual personalizada, que enfatiza trabajar en hábitos y habilidades que pueden mejorar el sueño.
La melatonina, como cualquier ayuda para dormir, no soluciona los problemas subyacentes, que generalmente son de comportamiento.
Bibliografía: JAMA