La investigación de la terapia génica ha experimentado un renacimiento, con varias aprobaciones de medicamentos de alto perfil y una serie de resultados prometedores de ensayos clínicos contra enfermedades genéticas devastadoras. Los tratamientos a menudo se basan en un virus para transportar un gen a las células, pero si el receptor ya tiene anticuerpos contra ese virus, una respuesta inmunitaria podría dificultar el tratamiento. Como resultado, la participación en ensayos clínicos de terapia génica a menudo se limita a personas que aún no tienen dichos anticuerpos. Es por eso que las respuestas inmunitarias podrían hacer que las terapias génicas sean menos efectivas.
La forma de suprimir las respuestas inmunitarias dañinas, es con inmunosupresores como los esteroides, pero existe la preocupación de que dichos tratamientos a veces sean ineficaces y puedan hacer que los receptores sean vulnerables a la infección.
A medida que el alcance de las terapias génicas continúa expandiéndose, los investigadores deben seguir desarrollando mejores herramientas para monitorear y prevenir la inflamación asociada.
Bibliografía: Nature